lunes, 26 de octubre de 2009

INTRODUCCIÓN AL ÁLBUM (3ª PARTE)


LA HISTORIA DE LA NAVIDAD

Desde el primer milenio la festividad de la Navidad se ha convertido en el centro y en el evento definitorio de la estación de invierno; la historia del nacimiento de Cristo contiene algunos elementos mágicos, prefigurada por la Antigua profecía: el Rey Dios nacido en un establo entre animals, la estrella misteriosa de Oriente, los Reyes Magos, el Rey Herodes y la massacre de los inocentes, María y José y el enigma del nacimiento virginal. Aprecio la belleza de esas historias y como ellas han inspirado a músicos y poetas durante siglos. Mi deseo era tartar estos temas con reverencia y respeto, a pesar de mi agnosticismo personal, el simbolismo sagrado del arte de la iglesia sigue ejerciendo una ponderosa influencia sobre mi.

En el léxico del medievo la rosa era un síbolo de la perfección impecable y se asoció con Cristo y su madre María. Dos canciones de esta colección tiene esto como metáfora central, ambas basadas en un versículo de Isaías (“Y saldrá una vara del tronco de Jesse y una rama crecerá fuera de sus raíces”) “Lo how a rose e’er blooming”, una nana alemana del siglo XV, armonízada por Praetorius un siglo más tarde, y “There is no rose of such virtue”, una nana inglés del mismo periodo. Si bien la metáfora es claramente medieval, parece que lleva un débil eco de los espíritus de la naturaleza de la era pre-cristiana. Aunque no caba duda de que habría sido un vínculo inconsciente, el carácter sincrético del simbolismo es a la vez sutil y persistente.

Seleccionando las canciones, me sentí atraído por muchas de las nanas seculares y religiosas tradicionales – de hecho, todas las canciones del album son una especial de canciones de cuna – y empezó a interesarme su doble naturaleza, las canciones de cuna parecen estar orientadas no solo para aliviarnos sino también para perturbar al oyente. Peter Warlock compuso un hermoso scenario para el himno escocés “Balulalow”, una nana que tiene un fin más reconfortante de todo el espectro; pero el pedal mi bemol en contra del modo vocal de los arreglos no está enteramente libre de oscuros presagios. Del mismo modo, “Lullaby to an anxious child”, una de mis propias composiciones junto a Dominic Miller, contiene presagios de un mundo oscuro más allá de la cuna.

Las imágenes de “Gabriel’s message”, originalmente un villancico vasco, es hermoso y aterrador. María, que es – como siempre – descrita como dulce y suave, se enfrenta a la visión de un increible ser con ojos de fuego y alas repletas de nieve… Los María y Jose de “Cherry Tree Carol” son atractivamente humanos en la forma que responden a su inusual situación. En su viaje a Egipto, María, ahora con un hijo, la pide a su marido que recoja cerezas para ella. Con un poco de rabia, José le responde que el padre del niño debería ser quien recogiera las cerezas y no él. Una respuesta tan honesta y emocional es refrescante.

domingo, 25 de octubre de 2009

INTRODUCCIÓN AL ÁLBUM (2ª PARTE)


EL INVIERNO PASADO

Bob trajo partituras de “The cold song”, de Henry Purcell de la semi-opera “King Arthur”, con letra de John Dryden. El “Genio helado” regresó de entre los muertos, empezamos a tocar y en algún lugar de la casa una puerta se cerró de golpe.
Los meses fríos del Hemisferio Norte nos han tocado en gracia a nosotros por la inclinación de la tierra sobre su eje, y ejercen una poderosa influencia en nuestra psicología colectiva. Son parte del mito nuestro preconcebido tanto en el paisaje común de la imaginación como en la realidad concreta de nuestro enterno.

Como todas las criaturas terrenales parecemos reconocer y responder a los arquetipos polares de la luz y la oscuridad, del calor y el frío que están codificados en el ritmo de los días y las noches y el perpetuo ciclo de las estaciones.

Hoy son excepcionalmente fríos pero los inviernos en mi niñez parecían ser mucho más largos y fríos de lo que son ahora. El invierno en este siglo XXI parece apenas comenzar antes de que se haya terminado, las nevadas son poco frecuentes, y cuando ocurre, dura poco.

El calentamiento global está reduciendo el tiempo anual de la estación estival, está probablemente causando estragos en la psique humana al igual que en el ritmo estacional de todo el planeta. Algo importante en este proceso se está llevando de nosotros, porque a pesar de la frecuente contaminación del tiempo y las penurias de todos aquellos que tienen que trabajar fuera, hay algo en el invierno que es primordial, misterioso y absolutamente irremplazable, algo sombrio y a la vez profundamente hermoso, algo esencial para ese mito nuestro, para la historia de nuestra humanidad, es como si de algún modo necesitaramos la oscuridad de los meses de invierno para llenar nuestro espíritu tanto como la luz, la energía y el calor del verano.

Recuerdo muy bien las largas horas de oscuridad desde noviembre hasta marzo. Íbamos a la escuela de noche y volvíamos a casa en la misma oscuridad. Cuando nos levantabamos había hielo dentro de las ventanas, podías rallar la superficie con la uña. Nos vestíamos bajo las sabanas y después bajo capas de ropa de lana recorríamos las fantasmales calles entre la heladora niebla, con el traicionero hielo bajo los pies y mirabamos admirados como colgaban los carámbanos de los puentes de las vías férreas.

Recuerdo la nieve blanda caer en tantas oscuras mañanas invernales con mi padre en su ronda de reparto de leche. A menudo eramos los primeros en pisarla cuando caminabamos silenciosamente por las calles vacías y los primeros en dejar nuestras huellas en las aceras y en los jardines, con el ruido de las botellas de leche en nuestras manos amortiguado por la silenciosa nieve. En lo que quedaba del día, el sol apenas se vislumbraba, tan sólo un frío disco color amarillo elevado sobre los árboles desnudos y los tejados blanqueados de la ciudad.

A veces en una noche de invierno me las ingeniaba para estar sólo en la sala de la planta baja de nuestra heladora casa Victoriana. Manteníamos el fuego del carbón allí, nuestra única fuente de calor apagaba su luz y se asentaba al borde del guardafuegos, tenía entonces que desatascar las brasas y los restos del fuego, con la habitación llena de sombras en movimiento. Allí era libre para imaginar espíritus y fantasmas, el Invierno, más que ninguna otra, era la estación de la imaginación, de mágicos paisajes transformados y los misteriosos silencios de la nieve.

Más tarde aquella noche en la Toscana, el viento seguía aullando fuera, le pregunto a Kathryn si conoce alguna canción de Newcastle que se adapte a este proyecto. Ella me dice que cuando era pequeña su padre solía cantarle una canción llamada “The snow it melts the soonest”. No la conocía, pero ella y Julian pacientemente me la enseñan. La canción, como los páramos de Northumberland en invierno, tiene algo característicamente lóbrego, claramente hermoso. Mientras la canto, siento una rara punzada de nostalgia.

sábado, 24 de octubre de 2009

INTRODUCCIÓN AL ÁLBUM (1ª PARTE)


UNA REUNIÓN INVERNAL

Es Febrero de 2009, un frío e incesante viento hace traquetear puertas y ventanas mientras envuelve la vieja casa que está sobre una ladera toscana. Rodeada de cipreses que encaran ergidos la acometida invernal, la casa ha sido muy hogar y la estancia de mi retiro durante la última década. En verano, su elevación nos da un respiro de las abrasadoras temperaturas cerca de Florencia, pero en invierno experimentamos el implacable viento que desciende desde el Norte hacía la península a través de las expuestas colinas toscanas.

Siete músicos, envueltos en bufandas y abrigos, instrumentos descansando sobre las rodillas, sentados alrededor de la chimenea de la cocina, tomando tazas de té caliente, tratando de obtener algo de calor en sus dedos. Muy cerca de mí está Kathryn Tickell, una intérprete de música tradicional de mi ciudad natal, Newcastle. Su gaita Northumbriana, al igual que su violín, han engrandecido cuatro de mis álbumes desde primeros de los noventa. Cerca de ella está sentado Julian Sutton, otro músico tradicional de Newcastle, que habla muy poco, prefiriéndo expresar su elocuencia a través de las teclas de su amado Melodeón. A mi derecha está mi colega de largo tiempo y guitarrista Dominic Miller, mi mano izquierda y derecha durante casi dos decadas. Su presencia, a la vez que su paciencia con mi crítica indecisión, es tan reconfortante como tranquilas son sus manos. Mary MacMaster, harpista celta de Escocia, sentada sonriendo en el resplandor de la luz del fuego, afinando pacientemente la cuerdas de acero de su instrumento entre sorbos de té.

Conocí al violonchelista Vincent Segal el año pasado mientras trabajaba en la Ópera de Steve Nieve “Welcome to the voice” en el Teatro Châtelet de París, Vincent toca de todo, desde los ritmos de la bossa nova hasta los preludios de Bach. En el Châtelet también conocí a Ibrahim Maalouf, un excepcional trompetista libanés. Él es otra calmada alma que se sienta tranquilo mirando a mi perro Compass, tumbado en la esquina de la chimenea: Compass devuelve la mirada con otra que es a la vez vigilante y despreocupada. Por último está Daniel Hope, más en casa en las salas de conciertos de todo el mundo que en una cocina de alquería, pero muy contento de estar entre este variado conjunto musical – y de poder improvisar de manera más informal que la mayoría de nosotros fuera del mundo clásico y de los arreglos musicales.
Cada uno de nosotros va a explorer las piezas elegidas, hasta que las hebras separadas se entrelacen – un proceso que, supongo, es mi trabajo: una tarea que estoy felíz de compartir esta vez con Bob Sadin, productor de Nueva York, arreglista y director de orquesta. Bob está de espaldas a la sala, frente a la ventana observando las inclemencias del tiempo, su gorra está de forma permanente en la parte posterior de su cabeza. “¿Empezamos?”, dice, aún dándonos la espalda. “Parece que hemos sido recompensados con el tiempo apropiado”. ¡Ah, sí!. Para los que estamos aquí reunidos para celebrar y explorar la música del invierno, la estación de las heladas y las largas noches oscuras.

martes, 20 de octubre de 2009

CONCIERTO EN ALISHER NAVOI STATE ACADEMIC BOLSHOI THEATER, THASKENT (UZBEKISTÁN). (17/10/2009).

SETLIST:
- If I ever lose my faith in you
- Message in a bottle
- Englishman in New York
- Synchronicity II
- Every little thing she does is magic
- If you love somebody set them free
- Fields of gold
- Driven to tears
- Seven days
- Walking on the moon/Tea in The Sahara
- Shape of my heart
- Wrapped around your finger
- Bring on the night/When the world is running down
ENCORE 1:
- Roxanne
- Desert rose
- King of pain
- Every breath you take
ENCORE 2:
- Fragile
COMENTARIO:
Como parte del “Arl Week Style.uz” Sting dio en la República de Uzbekistán un concierto benéfico. Acudía para recibir un diploma por su labor humanitaria y aprovechó para ofrecer un concierto cuya recaudación se emplearía integramente en proyectos culturales. El precio de las entradas oscilaba entre los 1.000 y los 2.000 dólares, esas cantidades suponían aproximadamente 45 veces el salario mínimo que se paga allí. Sting eligió recuperar su explendido repertorio después de dedicarse últimamente a cantar villancicos, nanas y canciones tradicionales de su ciudad natal, Newcastle.
MÚSICOS:
Sting (Voz y bajo), Dominic Miller (Guitarra), David Sancious (Teclados) y Josh Freese (Batería).
AUDIENCIA:
2.100 espectadores.

jueves, 15 de octubre de 2009

CRÍTICA DE "IF ON A WINTER'S NIGHT..." (II)

STING
"IF ON A WINTER'S NIGHT..."

Son muchos los casos en los que compositores de música Rock o Pop se han acercado a la música clásica y tradicional. Paul McCartney y Ritchie Blackmore son dos claros ejemplos de ello. En el caso de Sting ésta es la segunda de las ocasiones en la que se enfrenta a un reto tan complicado y debe admitirse que el disco que nos ocupa, no ha sido un acierto en comparación con "Songs from the labyrinth", en el que el bajista de Police interpretó piezas de John Dowland, un compositor inglés que creó su obra a caballo entre los siglos XVI y XVII y que es un desconocido para el gran público. Espoleado por ese éxito crítico, decidió grabar "If on a winter's night", una obra que bebe de diversas fuentes que van desde Schubert pasando por Bach hasta llegar al propio autor de "Roxanne". Tampoco falta una fuente presencia de temas folkies, baladas tradicionales y algún que otro villancico. Eso no debe extrañar a nadie porque, de hecho, el nexo de unión entre tan heterogéneo origen de las piezas es su relación con el invierno, eje temático de este curioso álbum conceptual que intenta aproximarse a músicas distintas a las que Sting domina pero que se queda a medio camino. En resumidas cuentas, el resultado obtenido es curioso y, siendo benévolentes, incluso interesante en varios momentos, pero flota en el ambiente la sensación de que no estamos ante un disco redondo como sí lo fueron el "Standing Stone" de McCartney o "Shadow of the moon", el álbum de debut de Blackmore's Night. *5

FEDERICO NAVARRO
("Popular 1" nº. 432, octubre de 2009).

sábado, 10 de octubre de 2009

CRÍTICA DE "IF ON A WINTER'S NIGHT..."

STING
IF ON A WINTER'S NIGHT...
D. Grammophon/Universal (2 estrellas y media de 5).

El nuevo trabajo de Sting, después de su crematística reunión con The Police, se emparenta con la entrañable tradición de los discos navideños. Aquí, reinterpreta canciones tradicionales (religiosas y seculares), composiciones de J.S. Bach o Franz Schubert y temas propios para calentar el alma en las noches de invierno. Junto a colaboradores habituales (su mano derecha, Dominic Miller, o Kathryn Tickell) y, arrimando el ascua a los sonidos celtas, el folk o la música de cámara, el álbum queda perfecto acompañado de mantita y vino caliente.

IGOR LÓPEZ ("Metrópoli", nº 284, del 9 al 15 de octubre de 2009).

miércoles, 7 de octubre de 2009

CONCIERTO EN PROUD CANDEM, LONDRES (UK). (6/10/2009).

SETLIST:
- Message in a bottle
- Every breath you take
COMENTARIO:
Sting y Trudie aparecieron por sorpresa en la exposición “The people of the Forest” que recopila los 20 años de vida de la “Rainforest Foundation”. Se organizó además un breve concierto privado en el que Sting presentó alguna de las canciones de “If on a winter’s night…”. Unos días antes Sting grabó una versión especial de “Message in a bottle” para participar en una campaña ecológica liderada por el Principe Carlos de Inglaterra, y en la que también participaron Harrison Ford, Daniel Craig, Rod Stewart, Pelé, Stephen Fry, Richard A. Grant, Billy Connolly, Olivia Newton John y Robin Williams. Durante octubre le esperaría a Sting una intensa promoción de su nuevo álbum que le llevaría a programas tan populares como “The Today Show”, “The View” o “Late show with David Letterman”.
MÚSICOS:
Sting (Voz y guitarra) e Ira Coleman (Contrabajo).
AUDIENCIA:
150 invitados.